¿Qué falta en Latinoamérica para ser líderes en innovación global?

 

«Guillermo Aguirre y las 12 Barreras para la innovación en Latinoamérica»

El Sabio invitado hoy a nuestro Concejo de sabios es: Guillermo Aguirre, uno de los líderes de innovación más experimentados de México. Con sus dos Maestrías internacionales y su doctorado en ingeniería de Cambridge, Guillermo es uno de los conocedores más profundos de los procesos de innovación en empresas reales en América. Es CEO y fundador de Innovalia Consulting Group, es socio fundador del Consejo de Líderes en Innovación y Tecnología (Qurio Group), Presidente de la Academia mexicana de ingeniería y cofundador del LatIPnet
en Silicon Valley. ¿Suficiente? Si. Impresionante. Pero lo más destacable de Guillermo no es su sobresaliente historial de logros sino su claridad mental y su capacidad de análisis de la realidad innovadora en Latinoamérica.

En una entretenida sesión jugando WakeUpBrain, logramos extraer del cerebro de Guillermo un diagnóstico de la situación de la innovación en Latinoamérica y un resumen de las principales barreras que esta enfrenta. Esta es la lista:

1. No se usa la capacidad académica para generar innovación. Muchos de los esfuerzos académicos no son más que un refuerzo de Status Quo. Búsqueda de posicionamiento o auto-justificación, medidas solo por la cantidad de publicaciones académicas y no por el impacto en la sociedad. La cantidad de innovadores cuyo origen e inspiración es el sistema académico es aún muy, muy bajo.

2. No es fácil aprovechar la propiedad intelectual. Los procesos de protección, acceso y aprovechamiento de la propiedad intelectual no están diseñados para facilitar y promover la innovación. Esto se refleja en el bajo número de patentes y en el bajo aprovechamiento de la pocas que existen.

3. Faltan estímulos o reconocimientos. Latinoamerica es una región donde el espiritu innovador pierde protagonismo ante la actitud “adaptadora”, que busca copiar iniciativas foráneas. Hay un gran espacio para ser innovador a la hora de reconocer y estimular las innovaciones locales que hagan aportes significativos a la sociedad.

4. No se difunde el trabajo y logros en innovación. Tanto al interior de las organizaciones como en el mercado, las innovaciones latinoamericanas de alto impacto tienen muy poca visibilidad y difusión. Mecanismos para que los medios, las redes sociales y demás canales de comunicación “pongan de moda” la innovación latina.

5. Faltan productos emblemáticos de la innovación en América latina. Quizá como resultado de los anteriores puntos, la literatura y comunicación alrededor de la innovación en América latina está poblada de casos y ejemplos tomados de la industria europea, japonesa o norteamericana. Íconos locales pueden ayudar a romper el paradigma de “la innovación verdadera sucede fuera”

 

Innovation barriers

 

6. Faltan proyectos ambiciosos de gran alcance. Y sobretodo gestionados de manera estratégica. Este tipo de proyectos mueven el ecosistema innovador apoyando el nacimiento de generaciones nuevas de investigadores, gestores y líderes de innovación. Generan creadibilidad en la innovación latina en el resto del mundo y atraen talento extranjero de alto valor (O evitan la fuga de talento local)

7. Faltan mecanismos para agrupar y permitir a quienes trabajan en innovación colaborar efectivamente. Las actuales redes aún se mueven a velocidad lenta y no producen resultados que impacten a nivel global. Solo algunos “representantes” de los países se encuentran en espacios de élite. Es necesario que la dinámica de interconexión llegue a todos los que hacen parte de procesos de innovación en todo tipo de organizaciones a lo largo del continente.

8. Faltan héroes latinoamericanos que inspiren. Los héroes de la innovación son todos extranjeros. Y este hecho refuerza la idea de que nuestra región no es adecuada para la innovación. No se trata de encumbrar artificialmente a directivos de nuevos unicornios, sino de encontrar ejemplos de héroes que han hecho innovación de alto impacto en nuestro propio medio.

 

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9. No dominamos el componente más blando de la innovación. Se trata de un conjunto de habilidades y actitudes que permiten a los equipos funcionar eficientemente cuando trabajan en la búsqueda de soluciones novedosas. Debemos trabajar fuertemente en mejorar nuestra capacidad de trabajo en equipo, la facilidad de comunicación, la capacidad para movernos en escenarios difusos y demás habilidades que llamamos “blandas”.

10. No hay una transición eficiente de la ciencia al emprendimiento. Después de un par de décadas de intentos, la ciencia sigue muy encerrada en sus laboratorios. La cantidad de empresas nacidas de procesos de investigación es asombrosamente baja. Aquí hay una oportunidad tremenda para mejorar.

11. Faltan “ejecutores” de la innovación. Y por “ejecutores” nos referimos a aquellos capaces de tomar una idea, que no sea propia, creer en ella y, a pesar del escepticismo, lograr sacarla adelante. No se trata de identificar gladiadores individuales sino de lograr que el paso rápido y efectivo a la ejecución se convierta en una característica de la cultura latina.

12. Nos falta acercarnos o conectarnos con la frontera del conocimiento. La posición latinoamericana en los escenarios internacionales de innovación sigue siendo muy tímida (Quizá un adjetivo mejor es “apocada”). Esto limita el acceso al conocimiento de primer nivel y genera desventajas que hacen difícil la generación de innovación globalmente competitivas.

 

 

 

Edgar Guillermo Solano

Director WakeUpBrain Academy

Autor del libro “Innovación para cabezas cuadradas”

gsolano@centrodeinnovacion.com

@solanobrainer

 

 

 


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¿Qué falta en Latinoamérica para ser líderes en innovación global?2021-09-16T08:44:48-05:00

Los paradigmas y la innovación

 

«¡Que le corten la cabeza!»

En la magnífica novela de fantasía Las aventuras de Alicia en el país de las maravillas, la Reina de corazones es un personaje que se ofende con mucha facilidad y cuando alguien la desobedece, pronuncia su conocida sentencia “¡Que le corten la cabeza!”.

Recuerdo la historia de una joven que tenía por costumbre cortar la cabeza del pescado que iba a freír en la sartén. No importaba si el pescado era grande o pequeño, a todos les cortaba la cabeza. Un día la joven le pregunta a su madre ¿Por qué siempre hemos cortado la cabeza de los pescados? La madre, quien le había enseñado esta práctica, nunca se lo había cuestionado y respondió “Lo aprendí de la abuela”.

Madre e hija un tanto curiosas por saber el origen de esta práctica, deciden preguntarle a la abuela. Con tono sereno ella responde “Hubo una época bastante pobre para nosotros, en casa sólo teníamos una pequeña sartén que usábamos para todo. El abuelo traía pescados que eran más grandes que la sartén y les cortaba la cabeza para que fuera más fácil prepararlos”.  Sin embargo, ahora que lo pienso “Aun cuando pudimos comprar sartenes más grandes, seguimos con la costumbre de cortar la cabeza de los pescados”, afirmó la abuela.

Con similitud en nuestras vidas, cada uno de nosotros ha aprendido formas de hacer las cosas y de actuar frente a diversas situaciones. Son compartimientos aprendidos o heredados que incorporamos y con la repetición se convierten en hábitos y costumbres que se reflejan en nuestra forma de pensar, sentir y hacer las cosas.

 

 

Un paradigma:

Es un modelo, patrón o ejemplo que debe seguirse en determinada situación y que nosotros aceptamos sin ser cuestionado. Por tal motivo, se puede convertir en una regla intocable que nos limita a la hora de enfrentar el cambio o innovar y sin darnos cuenta caemos en la trampa de transitar por caminos y soluciones familiares. Podríamos afirmar que, ante esta situación, nuestra mente es un tanto perezosa porque tiende a escoger las rutas conocidas y se resiste a explorar nuevos caminos.

La mayor parte del tiempo y sin que seamos plenamente conscientes, nuestra mente va a tratar de convencernos de dejar las cosas como están. Nuevamente prevalece la resistencia al cambio. Además, nos limitamos pensando que, sí ha existido algo que ha funcionado, será difícil cambiar el patrón y optamos por lo que parece más cercano, familiar o ya conocido.

 

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Lo interesante acerca de esto, es que podemos usar un paradigma como posible fuente para la identificación de oportunidades de innovación. Es decir, podemos tomar como punto de partida un paradigma o creencia sobre el cual se basa una empresa (e incluso una persona), para retarlo y generar soluciones inesperadas.

El quid del asunto está en que podemos recurrir a la Reina de corazones, como una poderosa e interna voz que nos impulse a cortar con paradigmas o hábitos que durante mucho tiempo han limitado nuestro crecimiento, animándonos a cuestionarnos y proclamando enérgicamente como sentencia “¡Que le corten el paradigma!”.

La exploración de los paradigmas como estrategia para identificar oportunidades de innovación inicia con un breve listado, a manera de diagnóstico, de todos los factores o supuestos sobre los que funciona la empresa, los competidores e incluso el sector. Se trata momento de análisis clave para preguntar, indagar y revisar cuidadosamente hasta descubrir a qué cortarle la cabeza.

Incluso si estamos proponiendo o generando ideas, también podemos usar los paradigmas como un criterio de evaluación para la selección de ideas. Se trata de un filtro que puede aplicarse, planteando una sencilla pero potente pregunta: ¿Cuál es el paradigma que estamos retando con esta idea? Es muy probable que usted descubra que, aunque le guste una idea, ésta no es lo suficientemente potente o atractiva, pero ¿Por qué? ¡Porque en esencia, la idea no desafía, no reta, ni cuestiona un paradigma, un hábito o creencia!

Las oportunidades de innovación no se encuentran en las ideas, subyacen en el paradigma o creencia que se retan a través de ellas. Es un ejercicio que podemos repetir y repetir hasta forzar la mente a encontrar ideas que estén por fuera de las limitaciones de nuestro pensamiento.

De modo, que podríamos adoptar a la reina de corazones como la guía para retar paradigmas y no dejar que los programas mentales o creencias que le hacen valorar lo que ya ha funcionado, se ejecuten sin antes haber identificado un paradigma al cual cortarle la cabeza. ¡Larga vida a la reina!

 

 

Nelson Mora

Experto en innovación y emprendimiento

Diseñador Gráfico de la Universidad Nacional, especialista en Mercadeo Estratégico del CESA. Master en Gestión de la Innovación de la Universidad de Barcelona. Experiencia en metodologías de Design Thinking, Lean Launch Pad y programas orientados a la gestión, formación y promoción de la cultura del emprendimiento y la innovación.

 

 

 


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Los paradigmas y la innovación2020-06-30T14:54:04-05:00