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Día cuarto

Consideraciones para el cuarto día:
Saque las ideas de su cabeza
Si alguna vez está tratando de identificar una oportunidad para innovar. Saque las ideas que tiene en su cabeza. Y también cada idea que se le vaya ocurriendo. Sáquelas de su cabeza. Póngalas en un papel o grábelas en su teléfono. Use el medio que prefiera pero sáquelas de su cabeza y olvídelas.
¿Por qué?
Porque las ideas obligan a pensar en ellas. Y distraen de la realidad.
Digamos que usted va al parque y ve que las personas comen Donuts pero se ensucian mucho. Inmediátamente, a su cabeza viene una idea para solucionar eso. Digamos que usted se imagina un empaque para Donuts que evita que quien la come se ensucia. Es una buena idea, probablemente. Sin embargo esa idea ha matado todo el proceso innovador.
Usted ya no ve ninguna otra necesidad de las personas. Por todas partes ve que las personas están sucias luego de comer su Donut de chocolate. ¡Suciedad! ¡Suciedad! La realidad le confirma lo que usted quiere que le confirme. Esto hace que usted no vea otras necesidades. Quizá las personas tienen una necesidad más importante que es deshacerse de la servilleta que han usado mientras comen la Donut. O tienen cargo de conciencia porque se están comiendo esa deliciosa Donut a pesar de las recomendaciones de su médico. O…   Todas estas necesidades desaparecen. Ninguna existe más para usted. Solo la terrible suciedad. Y hay alguna buena probabilidad de que alguna de estas otras necesidades sea más importante o provea una mejor oportunidad para un nuevo producto o servicio. Pero usted ya no las verá. Porque su idea le ocupa toda su atención.
De hecho, su obsesión por la recién descubierta oportunidad, le podría impedir descubrir que no hay tal. Que la gente está perfectamente feliz ensuciándose al comer su Donut. Que sienten que es parte del ritual “Dunístico”. Y que con una simple servilleta se soluciona la cosa. Pero usted no ve eso. Usted está seguro (por que su idea piensa por usted), que la gente está inconforme, estresada, desesperada, con el aspecto higiénico de la situación.
Adicionalmente, usted debe saber que las ideas son tremendamente celosas. Una vez una idea se apodera de su cerebro, no va a dejar tan fácilmente que entre ninguna otra. ¿Para qué molestarse en pensar otras ideas, si ya tengo la idea perfecta? Así que esas otras posibles soluciones para evitar que la gente se ensucie, nunca llegarán a su cabeza.
Como ve, tener una buena idea puede matar la innovación.
¿Y qué se puede hacer?
Primero, mantener la actitud desconfiada del buen innovador. No asumir que la interpretación propia es la misma del usuario. Recordar que lo que a uno le puede parecer algo inaceptable, al otro le puede parecer algo deseable. Que los marcos y criterios de evaluación de cada momento son personales y particulares.
Segundo, sacar las ideas. Tan pronto como aparecen. Ponerlas en la libreta de “Ideas geniales”, ponerlas en su “Papareto”. Esto logra que se haga espacio en el cerebro para nuevas ideas.

Acción día 4

Tome una hoja de papel normal y dóblela en 4 partes. Póngala en su bolsillo o en su cartera. Será lo que llamamos los Brainers, un Papareto. Un Papareto es la combinación de las palabras Papel (para anotar las ideas) y Pareto (El apellido del señor italiano que popularizó eso de que el 20% de las causas producen el 80% de los resultados).  Utilice su Papareto para sacar las ideas de su cabeza. Escríbalas allí (desdoblando la hoja para anotarlas con detalle) encerradas en círculos (Evite hacer una ordenada lista de ideas, cada una de ellas precedida de un guión). Cada 2 o 3 días, revise su Papareto y pregúntese cuál de las cosas anotadas allí le pueden incrementar en un 80% su efectividad para conseguir sus objetivos.
Día 3
Día 5